Dicen que el fútbol, a veces, es una excusa. Una excusa para reunirnos, para soñar, para resistir. Pero en Metropolitan, el fútbol no es una excusa. Es el centro de todo.
El club ha anunciado sus tryouts para el primer equipo. Y aunque en el papel solo se trata de una convocatoria… en realidad, es algo mucho más grande. Es una puerta entreabierta a la historia. Es una invitación a escribir con sudor, esfuerzo y constancia una página más del libro que aún se está escribiendo.

Y sí, claro que se espera que los candidatos controlen el balón, que pasen bien, que sepan dónde pararse y cómo moverse. Pero eso… eso se presupone. Porque aquí no se viene solo a jugar. Se viene a pertenecer.
El jugador verdeazulino, el verdadero, no se define por los goles ni por los highlights. Se define por cómo responde cuando nadie lo aplaude. Por cómo entrena cuando no hay cámaras.
Por cómo se entrega cuando no se le pide nada. Aquí no caben los egos. Aquí no hay espacio para el “yo primero”. Aquí se piensa en el grupo, en la causa, en la camiseta. Una camiseta que pesa no por su tela… sino por lo que representa.
Y no, nadie dijo que sería fácil. Vendrán días grises. Minutos que no llegan. Oportunidades que se escapan. Pero eso se perdona. Lo que no se perdona… es no intentarlo. Lo que no se perdona es rendirse antes de tiempo.

Este equipo, este club, este símbolo no pertenece a unos pocos, le pertenece a una generación que se atrevió a soñar que en Puerto Rico se podía hacer fútbol…de verdad. Si te toca vivirlo, si te toca intentarlo… hazlo con el alma. Hazlo sabiendo que no representan solo a un equipo, sino a una idea. Hazlo con la pasión encendida, porque esa llama no se puede apagar. Porque esto es más que deporte. Es la esperanza de que aquí, también se puede escribir grande. También se puede jugar a lo eterno.

Nosotros estaremos allí. En Reparto, con la libreta en mano y el corazón dispuesto.
Porque la nueva temporada ya se asoma por la colina. Y todo está por escribirse… otra vez.